En la División Educativa de CASIO queremos celebrar el Día de la Estadística hablando con Anabel Forte Deltell que es divulgadora, directora de la Cátedra de Brecha Digital de Género, codirectora del Máster en Bioestadística y presidenta de la Sociedad Española de Bioestadística en la Universidad de Valencia. Quién mejor que ella para celebrar este día con nosotros.
Vamos a aterrizar un poco el concepto de estadística. ¿Cuáles son las herramientas estadísticas más utilizadas o que tenemos más cerca en el día a día?
Creo que lo que más nos encontramos en el día a día, y eso a veces también lleva a confusión, son las noticias en los periódicos: cuando nos encontramos con un porcentaje, con una gráfica… En el fondo está resumiendo datos que son de una muestra de parte de una población. Esa sería la parte que más nos encontramos, porque es muy visual. Luego hay muchas otras cuestiones que quedan ocultas. Por ejemplo, para sacar al mercado un medicamento, hay que usar la estadística. Si no, no se puede probar que ese medicamento funciona y que es seguro. Y así, hay un montón de ejemplos -sobre todo ahora que vivimos rodeados de inteligencia artificial- que son herramientas estadísticas pero que no se nombran como tal.
Tú eres especialista en bioestadística, que es una rama de la estadística. ¿En qué consiste? Imagino que tiene que ver con epidemiología o con salud pública.
Cuando hablamos de bioestadística hablamos de estadística aplicada a las ciencias de la vida. La ciencia de la vida por excelencia es la salud y todo lo que tiene que ver con epidemiología y con salud pública está muy presente. Pero no sólo eso, porque si hablamos de agricultura o de todo lo que se estudia en biología, que no tiene por qué ser directamente salud humana, todo eso también es bioestadística. Incluso a mí a veces me gusta bromear diciendo que la economía también es una ciencia de la vida porque, en el fondo, sin economía en el mundo en el que vivimos hoy en día no podríamos resistir. Lo que pasa es que al final es verdad que se tienen en cuenta dentro de la estadística algunos conceptos concretos, algunas formas de trabajar concretas, que son las que identifican a esta parte de la estadística.
“En la estadística hay muchas cuestiones que no vemos que se quedan ocultas. Para sacar al mercado un medicamento, hay que usar la estadística. Si no, no se puede probar que ese medicamento funciona y que es seguro.
El Día de la Estadística se celebra cada 5 años a nivel internacional. Si nos fijamos en los lemas de las últimas tres celebraciones, en 2010 era “Servicio, profesionalismo, integridad, celebración de las numerosas contribuciones y logros de la estadística”. En 2015 “Datos mejores vidas mejores” y en 2020 “Conectar el mundo con datos en los que podemos confiar”. ¿Por dónde crees que irán los tiros para 2025?
El lema para 2025 va a tener algo que ver con el Big Data y la inteligencia artificial casi seguro. De hecho, si te fijas en los títulos, sobre todo los dos últimos, van muy encaminados a lo que los datos pueden ofrecernos y a evitar sesgos y cosas que los datos nos puedan decir que ayuden a perpetuar al final cosas que ya tenemos en nuestra sociedad y que no queremos. Por ejemplo, racismo, machismo, entre otras cosas. A lo mejor me equivoco, pero creo que va a caminar en esa línea.
Los que somos controladores de manera natural, llevamos mal el tema de la incertidumbre y tú tienes un libro que se llama “¿Cómo sobrevivir a la incertidumbre?” que igual a los que somos de esta manera nos puede ayudar…
Sí, yo soy muy así también. La incertidumbre no me gusta nada. Además, mi primera formación es Matemáticas y soy muy cuadriculada para muchas cosas y lo de la incertidumbre lo llevo regular. Cuando hablo de cómo sobrevivir a la incertidumbre se trata de entender mejor cómo funcionan las cosas que no podemos saber con seguridad. En el fondo es algo muy natural en el ser humano. Llevamos siglos intentando hacerlo más visual a través de los juegos de azar que es de donde nace toda la idea de probabilidad. Pero esto es incluso más antiguo, porque el entender que iba a llover o cuándo iba a llover son incertidumbres que al ser humano le eran muy necesarias controlar porque al final poder entender eso significa que, si nos fijamos bien en los datos y entendemos cómo funciona la incertidumbre, podemos sobrellevarla un poco mejor. Aunque la incertidumbre no va a desaparecer, eso hay que tenerlo claro. Además, sería la vida muy sosa si desapareciera. Pero bueno, podemos entender un poco mejor qué va a pasar, qué es lo que tenemos ahí delante y qué posibilidades tenemos, cuando echamos a la lotería, de que nos toque.
“La incertidumbre no va a desaparecer, eso hay que tenerlo claro. Además, sería la vida muy sosa si desapareciera.”
Hace poco estaba viendo una película que se llama La probabilidad estadística del amor a primera vista que, básicamente, se llama así porque dice la peli que el amor puede desafiar cualquier tipo de probabilidad. ¿Dónde está el fallo, por decirlo de alguna manera, de la probabilidad? ¿Por dónde “hace aguas”?
La probabilidad al final es un número y como tal tiene que ser entendido. No falla, está ahí. El problema es la comprensión que tenemos de la probabilidad. Yo creo que ese es el gran reto que tiene nuestra sociedad: el aprender a entender correctamente lo que significa que haya una probabilidad de algo. Por ejemplo, si nos dicen que hay una probabilidad de un 1% de que pase algo, ya damos por asumido que no va a pasar y no es verdad. Que haya una probabilidad del 1% quiere decir que puede pasar, que es raro, pero que puede pasar. Cuando algo pasa teniendo una probabilidad muy baja, enseguida decimos “¡no puede ser que haya pasado eso!” y nos alarmamos. Parece que la probabilidad está fallando, pero no está fallando. Vuelvo al ejemplo de la lotería. Siempre vemos que a alguien le toca, aunque haya una probabilidad muy pequeña puede pasar en algún momento, sobre todo cuando se repite muchas veces. Yo me puedo equivocar en una micra a la hora de medir una distancia. Pero si tengo que recorrer miles de millones de kilómetros, esa micra se multiplica y se hace más grande. Hay una mezcla de cosas aquí. Si yo repito algo muchas veces, por muy pequeña que sea la probabilidad, lo voy a ver suceder alguna vez. Además, también está el suponer que si la probabilidad es pequeña algo no va a pasar nunca. Son cosas que hacen que pensemos que la probabilidad falla, pero no falla.
Anabel, tú perteneces al mundo universitario, pero me gustaría preguntarte cómo ves desde tu experiencia la presencia de la estadística en niveles inferiores a los universitarios. ¿Cómo ves esa presencia en los colegios? ¿Está poco desarrollada?
Está poco desarrollada y se empieza tarde. Tal y como muchos expertos lo ven, debería estar más presente en la educación infantil, cuando los estudiantes son más pequeños, porque tienen muchas nociones que son muy naturales e intuitivas. Luego se van perdiendo y si los cogemos cuando ya son mayores, cuando ya no tienen ganas de estudiar… Hay algunos alumnos que llegan a la universidad sin haber visto prácticamente nada de estadística y muy poco de probabilidad. Se plantan en la carrera, en un primero de Biológicas o Farmacia y dicen: “¿qué hago yo aquí estudiando estadística?” Porque no le ven la necesidad todavía, aunque en tercero ya lo ven de otra manera. Haría falta mucha formación previa. Una de las cosas que nos encontramos es que muchos de los docentes no han visto tampoco mucha probabilidad. O estamos hablando de profesorado de Primaria o de Infantil, que ha pasado por una carrera donde le han enseñado a enseñar matemáticas y a veces no les gustan las matemáticas. Se crea ahí una pelota un poco difícil de romper. Sin embargo, hay muchos profesores y divulgadores que están intentando ir rompiendo esa barrera mostrando la importancia que tiene en la enseñanza.
“Tal y como muchos expertos lo ven, la estadística debería estar más presente en la parte de Infantil porque los estudiantes tienen muchas nociones que son muy naturales e intuitivas.”
¿Y la parte que tiene tan divertida y de juego la estadística? Creo que es algo que puede enganchar muy bien con los niños y niñas, con esos estudiantes que son más pequeños y que tienen ganas de seguir aprendiendo jugando que, al final, es la parte más divertida y atractiva del aprendizaje.
Cuando empezamos a enseñarle a los niños con datos, una de las cosas que primero se ve y que es superchulo son los patrones. Si tú coges a un niño de Infantil y lo pones a mirar qué tiempo hace, cómo va cambiando el clima, luego comparas por meses, que vea cuándo ha llovido más, cuándo ha llovido menos… ellos pueden entender, por ejemplo, las estaciones del año, desde una perspectiva mucho más de datos y desde las vivencias personales. Cuando crezcan algo más, les puedes animar a que comprueben cosas que ellos creen. Seguro que cualquier niño ha escuchado alguna vez a una abuela decir que le duele la cadera porque va a llover. Y ¿por qué no hacen un seguimiento de eso para ver si es real o es una falsa percepción que tiene la abuela? También lo vemos en la hora espejo. Miran el reloj y ven que hay la misma hora que minutos o que el número es capicúa. Y ellos se plantean que siempre que miran el reloj es hora espejo ¿y si hacemos una prueba para ver si es así? O preguntamos de qué traen los bocadillos los compañeros en el colegio. A lo mejor podemos ver patrones y siempre tienen que ser cosas que les interesen a ellos.
Ha sido un placer hablar contigo y poner encima de la mesa en este 20 de octubre algunas de las cosas que podemos celebrar y también reivindicar, como aportar a los pequeños más estadística para entender mejor la vida que nos rodea con todos los datos que tenemos…
Pues eso. Eso hay que hacer.
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