Desde CASIO inauguramos una serie de entrevistas para rendir homenaje a profesores vocacionales, y no podíamos empezar con alguien más entusiasmado con la docencia y las matemáticas: Lluís Bonet. Licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Valencia, en 1989 empezó a trabajar como docente y desde 1995 es profesor de secundaria en el IES Mare Nostrum de Alicante. Su dedicación a la enseñanza ha recibido múltiples premios, como el Premio JOAN PONSODA de Innovación Educativa 2017 o el Premio EDUCA 2019 al mejor docente de España de Secundaria y Bachillerato. Con él hemos hablado de cómo mejorar la enseñanza de las matemáticas, de problemas y retos y hasta nos ha contado un chiste.
- ¿El matemático, nace o se hace?
Bueno, nace y se va haciendo, en mi caso al menos. Desde muy joven me vi inmerso en un mundo de números. Provengo de una familia humilde, mi madre cosía y mi padre trabajaba con un camión. Estas profesiones no permitían a mi familia vivir con una holgura económica. A menudo, fui autodidacta, tuve que gestionar facturas, declaraciones de IVA, renta etc. Ya que no nos podíamos permitir encargar este trabajo a una gestoría. También daba clases particulares de matemáticas en mi pueblo, para ayudar en la economía familiar. Y todo esto con dieciséis años.
- ¿Qué despertó tu interés por las matemáticas?
Siempre recuerdo con mucho cariño a la que fue mi profesora de matemáticas hasta COU, Inmaculada Jover. A menudo, cuento a mi alumnado cómo supo transmitirnos su ilusión y su pasión por las matemáticas y por las ciencias en general. También, pienso en todo lo que me hubiese podido transmitir en ese momento, si hubiese contado con los medios tecnológicos que yo tengo ahora a mi alcance, de aquí mi pasión y mi empeño por implementar en el aula todos estos recursos y construir unas matemáticas más modernas.
- ¿En qué momento de tu carrera te hubiera gustado salirte por la tangente?
Mi pasión por las ciencias me encaminaba a los estudios de medicina, pero aún no sé muy bien porqué, un buen día me vi a las puertas de la Facultad de Matemáticas de Valencia. Y sí, hubo más de un momento en el que me hubiese gustado salirme por la tangente. Por un lado, cuando tenía algún profesor que no hacía bien su trabajo y frustraba toda la ilusión que yo tenía, y por otro lado, quizá ligado al anterior, cuando empecé a explorar el mundo de la informática y de la programación. Mi gran suerte fue, una vez finalizados mis estudios universitarios, poder combinar ambas cosas, estadística e informática, trabajando en Francia, para el Institut de Recherches de la Siderurgie Française (IRSID), en el marco del proyecto europeo COMETT.
- ¿Qué puedes hacer para ser un mejor matemático?
En estos momentos de mi carrera profesional, pienso no solamente en ser un buen matemático, sino en ser un buen docente. En general, nuestra materia está demasiado anticuada, no hay avances en la didáctica como los que surgen en las otras ramas de la ciencia y de la tecnología, cuando las matemáticas son su base fundamental.
No reniego de lo anterior, ni mucho menos, pero tampoco comparto las prohibiciones que existen actualmente, las trabas que se ponen desde las Universidades, para que la tecnología no sea un apoyo didáctico en nuestra materia. Todo esto influye negativamente en la formación del profesorado y desde luego en nuestro alumnado que, en general, no recibe la mejor formación matemática.
Siento llamar “carcamal” o “apoltronado” a todos aquellos o aquellas que desde su posición de privilegio no tienen una visión más de futuro y piensan más en sí mismos que en la formación integral del alumnado.
Cada día, después de mis 30 años como docente, pienso qué puedo hacer para aprender más, para ofrecer a mi alumnado lo mejor, para desarrollar su creatividad, para que se apasionen por mi materia. Todas estas preguntas me exigen investigar y crear nuevos materiales, trabajar con metodologías más activas, implementar en el aula herramientas como calculadoras gráficas, aplicaciones de geometría dinámica, tabletas, proyectores inteligentes, etc.
- ¿Cómo te describen tus alumnos?
Este año cuando me hicieron entrega en Santiago de Compostela del Premio EDUCA Mejor Docente de España de Secundaria y Bachillerato, mis alumnas y alumnos, y sus familias, me prepararon una sorpresa con un pequeño vídeo donde hablaban de mí. Fue un regalo muy emotivo, fue el mejor premio. Sus calificativos fueron: “innovador y original, excepcional y trabajador, auténtico, gracioso y divertido, creativo, pasión por las mates, dedicado, motivador y cercano, … eres esto y mucho más…”
Así que, cuando tu alumnado y sus familias dicen esto de ti, ¿qué más se puede pedir?
- ¿Te consideras una “persona calculadora”?
Bueno, en cierta manera sí. Miro mucho los precios, los presupuestos, me gusta comparar, incluso regatear, he de confesarlo. Supongo que todo esto es deformación profesional y sobre todo lleva el sello de mi infancia. Doy mucha importancia al valor de las cosas, al esfuerzo, al trabajo bien hecho. Pienso que, en muchas ocasiones, estos valores se han perdido, que nuestra juventud no los tiene presentes y no creo que sea positivo.
- ¿A qué te gustaría quitarle la definición de “incalculable”?
¡Ja, ja, ja a todo! En mi perfil de WhatsApp mi frase es: “Como no sabía que era imposible, lo hizo”. Pues eso, las palabras incalculable, imposible, etc. no las contemplo. Creo que siempre se pueden invertir con esfuerzo, empeño y dedicación. No me suelo poner barreras, más bien retos. De hecho, este pensamiento me gusta llevarlo a mis aulas, ¿sabes? Me gustan los problemas abiertos de matemáticas, situaciones que planteo con mi alumnado y donde no damos la solución, al contrario, lanzamos el reto para dar con ella, sin imposibles, sin incalculables. Puedes verlos en nuestro canal de YouTube Integrant Matemàtiques , sinceramente, considero que es una herramienta didáctica interesante para trabajar en el aula.
- ¿Qué palabra matemática te resulta graciosa poner en contextos diferentes?
Bueno, cada día me gusta contar con el factor sorpresa en mis aulas y siempre el propio contexto de trabajo te proporciona más de una. Ahora que estamos con álgebra y las expresiones notables “Fumar mata, pero es peor decir que (a + b)2 = a2 + b2 “
De hecho, mis alumnos de 2º ESO están preparando un mural con expresiones relacionadas, que buscan en la red. Las matemáticas pueden ser graciosas, divertidas, encontrar cantidad de anécdotas interesantes que nos hagan reír, claro que sí, y a mí personalmente me gusta mucho esa chispa. Mi alumnado dice que las clases son divertidas, si les preguntases por el Memorex 500 mg, o por la segunda pastilla … descubrirías una sonrisa en su rostro.
- Cuéntanos un chiste matemático
- Ese examen de chino era muy difícil.
- Era de matemáticas.
- ¡Ah¡
- ¿Habrá matemáticos en el futuro o la inteligencia artificial los desplazará del todo?
No creo. Quien lleva dentro un matemático de serie se hace preguntas continuamente, no se muestra fácilmente conforme, es crítico, creativo y dudo que la inteligencia artificial pueda desplazar todo eso.
- ¿Tienes el mismo interés por las matemáticas que tenías en tiempos de estudiante?
¡No, no, no! Ahora tengo mucho más y toda esa pasión que siento es la que me gusta transmitir a mi alumnado en el aula y también fuera de ella. Ahora descubro otras cosas de la matemática: su belleza; encontrarla por todas partes me fascina. Me gusta tener una mirada matemática, no sé si me entiendes. Desde hace tiempo me intereso por la fotografía y por esa mirada matemática. Si entras en mi Instagram, @LluísBonetJuan, verás cómo puede cambiar también tu manera de ver las cosas que te rodean.
Cinco recomendaciones:
- Un libro: “El hombre anuméric” de Allen Paulos, es un libro de divulgación matemática unos cuantos capítulos muy interesantes.
- Un tema Musical: “Believe” de Cher por la fuerza de la música.
- Una Artista: Montserrat Caballé.
- Una peli o documental: de las últimas que he visto “El hoyo”.
- Una línea de Investigación: metodologías activas.
Hazle una pregunta a quién invites al reto de contestar esta entrevista.
Quiero invitar a mi compañero Domingo Rueda y le quiero preguntar si es feliz con la decisión que tomó de dedicarse a la docencia.
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