La presidenta del comité organizador del VIII CIBEM, Conchi Toboso, analiza la situación de las matemáticas en el s. XXI y la aportación de este congreso a la comunidad educativa.
Este es un extracto de toda la conversación. Si deseas leer toda la entrevista, puedes descargar gratuitamente el número VII de CASIO News.
1.- La evolución del CIBEM
1.1. ¿Qué es el CIBEM?
CT: El CIBEM es un congreso sobre educación matemática en el que participan profesores de los 15 países que constituyen la Federación Iberoamericana de Sociedades de Educación Matemática (FISEM). Su objetivo es promover el intercambio de experiencias e informaciones que permitan mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas en todos los niveles y en todos los países que conforman la comunidad iberoamericana.
1.2. Han pasado 27 años desde la celebración del primer congreso. ¿Cómo ha cambiado el panorama de las matemáticas desde entonces?
CT: La matemática ocupa un lugar importante en los proyectos educativos de todos los países del mundo. No sólo es una herramienta fundamental en la resolución de problemas que se nos presentan a diario, sino que su propia estructura y configuración nos es imprescindible en la toma diaria de decisiones.
La matemática es un arte que nace del hombre, como la filosofía o cualquier creación artística, que nace no solo con el objetivo de recrear belleza, sino también de explicar el mundo que nos rodea. En este sentido, […] se priorizan las metodologías activas, las tareas ricas, los proyectos educativos en los que el alumno se convierte en el principal artífice de su aprendizaje y donde el profesor actúa cada vez más como alguien que va guiando y conduciendo ese aprendizaje.
Sin olvidarnos de los medios tecnológicos, que casi se convierten en imprescindibles en las nuevas metodologías, como las calculadoras, tablets, ordenadores, vídeos… Ayudan a los alumnos a descargarse de muchas tareas rutinarias, que aunque propias de esta materia no son la parte más importante de la misma.
1.3. ¿Cómo se ha adaptado el congreso a la nueva forma de entender y aplicar la enseñanza de las matemáticas?
CT: Los alumnos del siglo XXI son muy diferentes de los de finales del siglo XX y nosotros hemos adaptado este congreso en ese sentido, buscando ofrecer a los profesores asistentes las mejores ayudas y los mejores foros de discusión para poder desarrollar de la manera más eficaz y eficiente su trabajo con el alumnado actual.
El congreso ha pasado de ser un momento de encuentro, donde los profesores iban a escuchar, a un espacio donde los profesores vienen a hacer matemáticas, a reflexionar de manera conjunta, a intercambiar ideas, experiencias, puntos de vista; no sólo a aprender de los demás, sino a aprender con los demás y a generar nuevo conocimiento que puedan llevar luego a sus aulas.
1.4. ¿Cree que estos encuentros ayudan al profesor a reflexionar sobre la enseñanza de las matemáticas y a plantearse nuevas metodologías?
CT: Está claro que sí; de lo contrario, no tendríamos esa gran presencia de profesores. Los profes salen con la mochila llena de nuevas ideas y proyectos y con las pilas muy cargadas. Algunos se alegran de estar en periodo vacacional y de disponer de tiempo para madurar, asentar y organizar todo lo que se llevan: sería una locura volver al aula al día siguiente, porque querrían aplicarlo todo de golpe.
2.- La evolución de las matemáticas
2.1. Usted, como gran conocedora de la enseñanza de las matemáticas, ¿cómo mejoraría o cambiaría los métodos actuales?
CT: En el aula hay que ir abandonando las clases magistrales y dejar más tiempo a la reflexión de los alumnos, al aprendizaje personal por descubrimiento, a la investigación en el planteamiento y resolución de problemas cercanos y en las propiedades de los elementos matemáticos con los que se trabaja, al juego,… La administración debería descargar mucho los currículos para que esto sea posible.
Los alumnos de 2017 no tienen nada que ver con los de hace 50 años; por lo tanto, no podemos seguir ofreciendo a estos alumnos lo mismo que les ofrecíamos a aquellos: un profesor, una pizarra y una tiza. Nuestros alumnos son una generación 2.0 o más, las nuevas tecnologías forman parte de la vida de todos nosotros y, aún más, de la suya. No podemos hacer del aula un espacio apartado de esta realidad.
2.2. ¿Qué opina de la calculadora como recurso didáctico? ¿Piensa que su uso puede ayudar a una mejor comprensión de las matemáticas?
CT: La calculadora es fundamental en el proceso de aprendizaje matemático. No solo descarga a los alumnos de tareas rutinarias que, de otro modo, les hacen perder interés, sino que optimiza su tiempo de respuesta (en la adolescencia, la rapidez e inmediatez son emocionalmente importantes).
Además, les permite probar diferentes soluciones, descubrir de manera muy intuitiva conceptos matemáticos importantes, tabular, organizar y procesar grandes cantidades de datos, poder llegar a hacer inferencias… Es una herramienta a la que pienso que, muchos profesores, no son capaces de sacarle el gran potencial que tiene en la enseñanza y aprendizaje de sus alumnos.
2.3. Hay docentes que tienen dudas con respecto al uso de la calculadora como recurso didáctico durante sus clases. ¿Por qué piensa que ocurre eso? ¿Qué mensaje transmitiría a estos docentes?
CT: Hay profesores que se empeñan en que su alumnos pierdan tiempo en realizar a mano laboriosas operaciones que una máquina es capaz de hacer en un instante. Ello impide dedicar ese tiempo a lo realmente importante en una clase de matemáticas, que es a construir conocimiento matemático, a la reflexión, a pensar, razonar, argumentar y justificar, a modelizar, a representar y a acercar el lenguaje simbólico a los alumnos.
Malgastan ese preciado tiempo en aburrir a sus alumnos con interminables y rutinarias operaciones que les hacen perder el interés por esta hermosa materia. La calculadora es un aliado, no un enemigo. ¿Quién continúa haciendo sus programaciones e informes con papel y bolígrafo a día de hoy? ¿Podemos imaginar a un contable con la tablilla en papel del debe y el haber? ¿Lavamos acaso nuestras sábanas a mano? La calculadora no sólo ayuda a realizar cálculos de manera más rápida y eficaz, sino que además es una herramienta barata, cercana y fácil de utilizar. Todo reside en cómo queremos utilizarla y en el tipo de actividades que se usan en la enseñanza y construcción del aprendizaje.
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