Su nombre en chino significa “héroe fuerte”, aunque recibió el apodo de la ‘Marie Curie china’. Chien-Shiung Wu fue reconocida como uno de los mayores físicos experimentales de su tiempo. Su contribución más significativa a la física moderna fue una serie de experimentos que diseñó para probar la ley conocida como ‘La conservación de la paridad’.
Nació el 31 de mayo de 1912 en Liu Ho, un pequeño pueblo ubicado a unos 40 km de distancia de Shanghái. Ese mismo año se estableció la República de China, derrocando al sistema imperial que prohibía a las niñas asistir a la escuela, educándolas para servir a los hombres.
Uno de los nuevos líderes fue su padre, un ingeniero que creía en la igualdad entre hombres y mujeres y que fundó la primera escuela para niñas de China, a la que ella asistió.
Etapa de formación
A los nueve años fue enviada al internado Soochow Girls School, situado en Suzhou. Durante el verano de 1930 le comunicaron que había sido admitida en la selecta y minoritaria Universidad de Nanjing para estudiar Física, una noticia para la que no se sentía preparada ni con suficiente bagaje sobre la materia.
En todo momento contó con la confianza de su padre, quien le animó a estudiar y contribuyó a su formación regalándole libros de física, química y matemáticas avanzadas. Tanto es así que ella llegó a afirmar que su tenacidad y apoyo fueron pilares fundamentales: “si no hubiera sido por el aliento de mi padre, ahora estaría enseñando en una escuela de grado en cualquier parte de China”.
Se graduó en la Universidad de Nanjing con los máximos honores y trabajó durante un año como profesora asistente en el Departamento de Física de la Universidad de Hangzhou y como asistente de investigación en el laboratorio de Física de la Academia de Shanghái. Allí continuó sus trabajos bajo la supervisión de la Profesora Jing-Wei Gu quien, viendo su talento, le alentó a viajar a Estados Unidos para proseguir con su carrera.
Fue admitida en el Departamento de Física de la Universidad de Michigan y a finales del verano de 1936 zarpó de Shanghái camino a Ann Arbor, destino al que nunca llegó.
Su barco atracó en San Francisco y decidió visitar a un amigo que vivía en Berkeley antes de empezar las clases. Este le presentó a un estudiante chino, Luke Chia Yuan, que podría mostrarle el campus y los laboratorios de Física. Luke le presentó al químico nuclear Ernest Lawrence, que reconoció su valía y le instó a cambiar sus planes y quedarse en Berkeley, con el soporte económico que necesitase. Finalmente aceptó la propuesta y, años más tarde, contrajo matrimonio con Luke Chia Yuan.
El experimento Wu
Su fama como física crecía a medida que sus investigaciones avanzaban. En 1956 dos investigadores llamados Tsung Dao Lee y Chen Ning Yan empezaron a cuestionar teóricamente una de las grandes leyes físicas consideradas irrefutables hasta el momento: la ley de la paridad. Más concretamente, en la fuerza débil del núcleo atómico.
La conservación de la paridad explicaba que se conservan las propiedades de un sistema frente a una simetría especular, es decir, que guardaba la misma semejanza que la que tendría un objeto con su imagen frente a un espejo.
Yan y Lee sospechaban que esto no se cumplía siempre, pero no eran capaces de demostrarlo. Así es que contactaron con Wu para que les ayudara en la investigación. Ella realizó los experimentos que consiguieron demostrar que ese principio de la paridad no se cumplía en la naturaleza.
La comunidad científica consideró la violación de esta doctrina como una aberración inaceptable. En 1957 Lee y Yang recibieron el premio Nobel, reconocimiento del que Chien-Shiung Wu quedó excluida.
Wu nunca dejó de investigar. Sus siguientes indagaciones aportaron importantes descubrimientos en los campos de la medicina y la bioquímica. Mediante nuevas técnicas consiguió desarrollar un método para estudiar los cambios moleculares de la hemoglobina asociada con la anemia de las células.
Tras todo el reconocimiento recibido por sus diversos experimentos, comenzó a reivindicar en espacios públicos la igualdad de la mujer y el hombre en el campo de la ciencia. En 1975 recibió la medalla nacional de la Ciencia de manos del presidente Gerald Ford, y fue nombrada presidenta de la Sociedad Americana de Física. Tres años después recibió el premio Wolf, siendo la primera mujer en conseguirlo.
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