Seguimos entrevistando a las protagonistas de las nuevas calculadoras ilustradas y hoy toca conversar con una de nuestras matemáticas más reconocidas a nivel mundial: Eva Miranda Galcerán.
Para empezar, me gustaría que nos contaras cuál es tu campo en las matemáticas y en qué proyectos estás trabajando.
Mi campo de las matemáticas sale un poco de lo que es la geometría y la topología, que se centra en estudiar la forma de los objetos. Pero últimamente me he dedicado también a combinaciones con otras áreas, sobre todo sistemas dinámicos y dinámica de fluidos. Básicamente, me he dedicado a aplicar cosas del estudio de las formas al estudio del movimiento de las partículas. Es decir, intentar aplicar las técnicas que yo conozco de geometría, del estudio de formas, para poder detectar y decir cosas sobre el movimiento de partículas. Y estas partículas pueden ser desde el movimiento de un satélite o el movimiento de una partícula dentro de un fluido, por ejemplo dentro del mar, hasta el movimiento de un barquito dentro del mar.
¿Qué te gusta más: la investigación o la docencia?
Siempre me ha gustado el contacto con los alumnos y es como una especie de refresco continuo. Pero ahora estoy en un momento en que le tengo que dedicar mucho tiempo a la investigación. Me gusta dar clases, pero no estoy dando muchas ahora mismo porque una de las cosas que tengo es un premio de la Generalitat, que es un ICREA Academia, que me permite reducir las clases para intensificar la investigación. Si diera más clases no podría hacer investigación como lo estoy haciendo. Richard Feynman decía que para investigar o entender una cosa, la has de saber explicar. Es una frase con la que estoy totalmente de acuerdo. Cuando tú estás dando una clase, aunque sea de conceptos muy fundamentales, eso te ayuda a reflexionar en cosas muy básicas y a clarificar ideas también de cara a la investigación. Así que son procesos que están bastante relacionados entre sí. Estar sin dar esas clases de máster me haría perder el contacto con los estudiantes y el intercambio de ideas, que creo que es importante. Tú puedes haber estado trabajando en un tema toda tu vida y tener tu punto de vista, pero luego, cuando lo explicas a un alumno o alumna, a veces surgen ideas nuevas. En ese continuo intercambio de ideas, sale enriquecido el alumno y el profesor. El contacto con generaciones jóvenes te ayuda un poco a rejuvenecer en cierta forma las ideas, la forma de ver las cosas.
¿De pequeña te imaginabas siendo matemática?
A mí me gustaba mucho la literatura. Me gustaba mucho leer. Leía libros de literatura alemana, muchos libros de poesía, muchas cosas que no entendía, pero a mí me fascinaba leer esas cosas. Las matemáticas se me daban muy bien y yo me lo pasaba muy bien haciendo los problemas de matemáticas. Era como mi pequeño mundo. A la hora de escoger carrera, dudé entre hacer filología inglesa o matemáticas, que eran un poco mis dos pasiones. Cuando eres pequeño tampoco lo tienes muy claro. Te hacen pensar que es una decisión muy importante, si vas a ser de letras o de ciencias. Tú crees que tu vida está marcada por esa decisión y tampoco creo que sea así. La cuestión es que hice ciencias y luego ya me decanté por matemáticas. La verdad es que no me arrepiento.
De toda la historia de las matemáticas, ¿qué figura histórica te parece más inspiradora?
Si me lo preguntas ahora, yo te doy una respuesta pero si me lo preguntas cuando tenía 15 años, no sabría qué respuesta te hubiera dado porque no se nos hablaba en absoluto de mujeres científicas. Yo ahora te podría decir Hipatia, Marie Curie, etc. Estos perfiles, por supuesto, me fascinan. Pero también son ejemplos de científicas que sufren, ¿por qué pedirle a una niña que sea Marie Curie? En este sentido, prefiero referentes de gente que está viva. Las ganadoras de los premios Fields son grandes modelos de mujeres matemáticas. Desgraciadamente, una de las dos mujeres (Maryam Mirzakhani) que han ganado ese galardón ha fallecido. La otra es Maryna Viazovska. Para mí es un gran modelo en todos los sentidos. Me gusta mucho porque es una persona que atraviesa fronteras con su investigación. Empezó en un lado y está acabando totalmente en otro. Es decir, es un modelo con quien me identifico mucho en su forma de hacer matemáticas. Y con Mirzakhani también me identifico porque hacía investigación con dibujos y eso a mí me gusta. Karen Uhlenbeck también es un ejemplo de trayectoria científica que me parece muy interesante.
¿Qué sería para ti lo más significativo de las matemáticas?
Yo diría dos cosas. Una es la experiencia personal con las matemáticas, que para mí es como un reto personal. En un problema de ingeniería tu investigación depende mucho de factores externos: de un equipo, laboratorio, etc… En las matemáticas hay una cosa que me fascina y es que hay una parte que puedes hacer tú con las reglas de la lógica. Es como resolver un crucigrama, pero no en tres minutos, sino en varios días, semanas o meses. Se aproxima mucho a la filosofía. Es casi una forma de pensar. Por otra parte, otra cosa que me parece muy importante de las matemáticas es hasta donde te llevan. Yo empecé estudiando cosas que eran técnicas de las formas y estoy desarrollando cómo se mueve una partícula dentro del mar. Siempre hemos dicho que las matemáticas son ciencias abstractas, por lo tanto no se aplican. Pues no es cierto, sí que se aplican. Por ejemplo, en lo que decíamos de la NASA o la ESA, ¿aplican los resultados de las matemáticas para mover satélites? Pues sí.
Hay una tendencia a visibilizar las matemáticas como algo totalmente abstracto que no tiene nada que ver con la sociedad, pero eso es mentira. Nuestro teléfono móvil está controlado por matemáticas. Tú estás haciendo una investigación motivada igual por unas preguntas más teóricas y dentro de unos años esa investigación se acabará implementando prácticamente.
¿Crees que esa escasa percepción de la sociedad de hasta dónde te pueden llevar las matemáticas y de todo lo que significan para el desarrollo de una sociedad es algo que solo pasa en España?
Has dado en el clavo. Por ejemplo en Francia las matemáticas están mucho más valoradas desde un punto de vista social. Cada vez que hay un cambio en el plan de estudios de secundaria de matemáticas hay una revolución en la calle. En cierta forma esto no ocurre en España. Entonces, ¿cómo podemos llegar a cambiar el chip? A mí una cosa que me fascina es un día poner la tele y ver a Clara Grima, que es matemática, que además es parte de la colección de científicas Casio, y encontrar “Una matemática viene a verte”. Yo aplaudo muchísimo a Clara Grima, por todo lo que ha hecho por visibilizar y poner las matemáticas cerca del día a día de las personas. Ese programa es algo que acerca las matemáticas a todo el mundo. Un programa de televisión puede ser un gesto pero también se pueden hacer cosas de una forma mucho más importante: poniendo asesores científicos en el gobierno. Se intentó en cierta forma, con una iniciativa que se llamó, creo recordar, Ciencia en el Parlamento, donde unos determinados días había científicos que iban al parlamento, etcétera. Pero, por ejemplo, en EEUU hay un equipo asesor científico del gobierno donde hay un matemático. Es algo que me parece imprescindible, si lo piensas desde el punto de vista donde vivimos y en el momento en el que vivimos.
Incluso las fake news, matemáticamente, se pueden modelar. El tema de los bots, twitter, etc. Una persona que ha estudiado políticas y que es presidente del Gobierno pues lo va a hacer muy bien como presidente pero habrá cuestiones donde necesita tener un asesor científico.
Me gustaría que nos hablaras de alguno de los proyectos en los que trabajas y que a ti te parezca significativo.
Uno de esos proyectos es un ejemplo de dónde te llevan las matemáticas. Estuvimos trabajando, empezando desde un punto de vista totalmente geométrico, en un problema que fue construir una máquina de agua. De momento, de forma abstracta, lo que en algún medio de comunicación, creo que El País, se llamó “computadora de agua”. A partir de entonces yo también lo llamé así: fluid computer. Fue un diseño totalmente abstracto que hicimos utilizando una combinación de técnicas de geometría y de informática. Yo creo que puede tener aplicaciones. En El País salió con la historia de que “cuatro matemáticos explican por qué no se pueden encontrar 29.000 patitos de goma”. Lo que hicimos fue asociar un cálculo con computadoras al movimiento del agua. Por una cuestión que había demostrado Turing te sacaba en consecuencia que había caminos, trayectorias de partículas de agua, que no se podían predecir. Esto es una cuestión casi filosófica, pero había una parte práctica: asociar una computadora al movimiento del agua. Quizás esto nos puede servir para probar nuevas vías de computación. Ahora estamos intentando mejorar esto con una cosa que yo llamo la computadora híbrida, porque es como una híbrida de este modelo que hicimos y la computación cuántica. Mis compañeros con los que estoy trabajando en esto se ríen de mí, pero yo quiero llegar a patentar la máquina híbrida. Creo que estas matemáticas nos podrían llevar a un desarrollo de otro tipo de computación. Otra forma de calcular más rápida y más eficiente, lo cual es útil. Este es mi sueño. Ahora estamos con la parte más matemática, un diseño abstracto, que luego algún día habrá que implementar de forma práctica y ver si este diseño abstracto puede llevar a mejorar alguna cuestión de computación.
La idea parece un poco de ciencia ficción y, de hecho, hay libros de ciencia ficción sobre esto: utilizar el agua para calcular. En la película Solaris (basada en la novela de Stanislaw Lem) se planteaba si el mar podía pensar, pues nosotros demostramos que el mar puede calcular. Lo hemos demostrado con unas fórmulas matemáticas. Hemos construido abstractamente un método de computación usando el movimiento de los fluidos.
Comments are closed.